No sueñes con Monica

¡Hay que subir al bote!¡Hay que subir! - se escuchaban los gritos de quienes se aprestaban a viajar por río.

Nos dirigíamos a visitar a la abuela, quien vivía en una de las comunidades de Yurimaguas llamada Gloria a tres horas del puerto donde nos encontrábamos.
Era algo emocionante, por primera vez estaba en la selva peruana. Miraba con emoción el rio Huallaga y a muchos niños dentro del bote comiendo esa deliciosa combinación de arroz con pollo que aquí le llaman Juane.


Es un espíritu maligno que absorbe tu energía cuando sueñas con ella.


Para ayudarnos a subir y ser nuestro guía estaba el tío Juan, un hombre con un olor muy peculiar a consecuencia de los innumerables brebajes que prepara siempre a sus pacientes y cuyos fuertes olores se impregnan fuertemente y son difíciles de disimular con algún perfume. El tío Juan era prácticamente el doctor de la comunidad, como un médico brujo, quien conjuntamente con un hombre gordo que llevaba un gran sombrero con varios anillos de distintos colores y un gran crucifijo colgado en su cuello velaban por la salud física y espiritual de la población.

Tras surcar el río y caminar por el pueblo logramos llegar a casa de la abuela. Durante el camino pude ver que sólo algunas casas tenían luz eléctrica, pozos para sacar agua y silos pertenecientes a cada casa.

Aquí las noches son cálidas, por lo que se acostumbra a salir a la puerta a conversar con los familiares y amigos. Todo andaba tranquilo hasta que una noche llegó don Mayer muy agitado pidiéndole al tío Juan que lo acompañe a ver a su hijo que estaba muy mal. Fuimos a auxiliar.

Durante el camino el sr Mayer nos contó que su hijo con un amigo se habían internado a cazar en la selva por una semana y esa noche había regresado muy mal de salud.
Cuando llegamos vimos al muchacho recostado sobre unas frazadas en el suelo medio dormido. Lo vimos muy delgado casi hueso y pellejo, su rostro estaba amarillento y tenía una fuerte respiración que hacían resaltar sus costillas entre sus andrajos.

¡Es el “Tunche”! - exclamó el amigo - ¡el Tunche lo ha poseído!

No creo que sea el Tunche - respondió don Mayer - es otro demonio. Hace poco estuvimos en Trujillo y vimos a un hombre en similar estado que murió de un paro cardiaco tras no resistir más las visitas nocturnas de Monica….. Ella es un espíritu maligno que te visita durante tus sueños para seducirte y aparearse contigo. Logra hacer que te guste tanto estar con ella que llega un momento en que no quieres despertar por seguir disfrutando tu sueño hasta que tu corazón no resiste más y mueres... Creo que ese espíritu ha seguido a mi hijo hasta acá.

¡Mayer, ponle tu cruz en su mano! - Dijo mi tío, mientras sacaba una botella de su bolso para mojar un pequeño trapo y colocarlo sobre la frente del muchacho – ¡Lo curaremos! ¡yo lo curaré! – continuó diciendo – lo internaré en la selva y lo trataré con las veinticinco raíces. Y quiero que me ayudes, quiero que cada noche reces junto a él ¡Vas a ver que lo sanaremos! Con fé y el poder de Dios, lo sanaremos - concluyó.


Monica se halla en los caminos.


En ésta zona del Perú la gente que quiere curarse de alguna enfermedad o liberarse de algún espíritu acostumbra a ir a lugares donde no hayan tantas personas mas que las necesarias para el tratamiento de sanación. Por lo que al día siguiente muy temprano partieron a internarse en la selva mi tío Juan junto con don Mayer y el muchacho a quien llevaban recostado en una camilla artesanal hecha con dos largos palos y una frazada.

Durante los días siguientes todos los vecinos comentaban e imaginaban diferentes historias de lo que pudo haber sucedido, e incluso decían que Pedrito (hijo del sr Mayer) podría venir como un ser espiritual para acecharlos.

Después de 10 días cuando el Sol estaba en lo más alto los vimos llegar a los tres, muy contentos, el rostro de don Mayer reflejaba una gran felicidad y Pedrito un buen estado de salud. Lo habían salvado.