_ ¡Por fin llegó el sábado! - Muy entusiasmado exclamaba mi hermano mayor, al despertar esa mañana.
Como todos los años cada 01 de Octubre visitamos al tío Esteban en su casa de campo en Motupe. Toda la familia sabía que ése día era muy especial, pues además de estar en casa del tío, nuestros padres cumplían un año más de casados y como ya imaginarán la celebración se hacía a lo grande.
Del bello momento que se vivía esa mañana mi hermano era quién más feliz estaba, ya que volvería a ver a esa hermosa chica de ojos pardos y cabello castaño.
Después de casi hora y media de viaje por fin llegamos a casa del tío, quien se encontraba cortando leña junto a su esposa e hijo. Todos nos saludamos y abrazamos muy contentos. Yo tenía 11 años al igual que mi primo Oscar con quién fuimos con resortera en mano a buscar lagartijas.
Después de almorzar dejamos a los adultos brindando y bailando. Le pregunté a Oscar por mi hermano y me dijo que lo había visto irse hacia el canal con un amigo y dos chicas.
_ Seguramente una de ellas es Lucía - le dije - se muere por ella.
_ Vamos para allá...a bañarnos! - dijo Oscar
Salimos corriendo con dirección al canal donde seguramente estaría mi hermano, pero al estar en medio camino escuchamos un estruendoso ruido que nos hizo parar de correr y ver hacia una vieja casa que se hallaba a 100 metros de nosotros.
_ ¿Escuchaste?
_ Claro - respondí - ¿qué habrá sido?
_ No lo sé, vamos a ver!
Nos acercamos a esa casa que de por sí ya me daba miedo
Era una casa de adobe y caña, en la parte frontal tenía un cerco como reja hecha con palos. Saltamos esa reja y nos aproximamos a la ventana. A pesar de estar un poco oscuro en la parte de adentro pude ver a través de un gran espejo a una chica sostenida en el aire. Salí corriendo rápidamente de ese lugar hasta llegar a la casa del tío.
Estando en mi cuarto no quería ver a nadie y me acosté temprano. Aunque trataba de no pensar en lo que había visto, hubo un momento en que sentí una presencia detrás de mí. Yo estaba echado mirando hacia la pared y no quería voltear a ver quién era. Sentía mi cuerpo congelarse, tocaba mis manos entre sí sintiéndolas completamente frías. Comencé a rezar pero no pude aguantar más y grité con todas mis fuerzas - ¡mamáááááááá!.
A pesar de gritar fuertemente seguía sin poder moverme, mi cuerpo estaba pesado y frío
_ ¡Mamááááá! ¿por qué no vienes? - gritaba y preguntaba con lágrimas en los ojos
Sentí un fuerte y frío viento. Lo sentía claramente pasar entre mi cuerpo y mi cama.
_ ¿Qué me pasa? - sollozaba inconsolablemente
Esa presencia aún estaba ahí, pues sentía su respiración entre mi nuca y mi oreja.
Seguía llorando, hasta que pensé "voy a morir".
Seguía llorando, hasta que pensé "voy a morir".
Pensaba con mucha tristeza en mi mamá. en mi papá, en mi hermano. Pensaba en cómo había llegado ahí y lo feliz que estábamos. Me rendía. Cuando de pronto logro escuchar una tierna voz que me dice: "No tengas miedo, estoy aquí". Abrí los ojos y vi una "sombra buena" y casi al instante como una sensación de hipnotismo me dormí.