Pesadilla

Recién me había acostado. La cama no era tan mala y la habitación estaba limpia, no era un hotel de lujo pero al menos tenía todo lo necesario, es decir, tenía su baño completo, televisor con cable y su ventilador, considerando que la zona era calurosa, además contaba con un intercomunicador por si necesitaba algo que me alcanzasen a la habitación y pues el servicio era bueno, limpiaban la habitación a diario, te cambiaban todos los días las sábanas, la toalla, el papel higiénico, el jabón, y el trato de las personas que atienden ahí era muy amable. En fin, no podía quejarme.

El día había estado agotador, tuvimos unos percances durante el trabajo que felizmente pudimos superar satisfactoriamente, aunque terminamos los trabajos mas tarde de lo normal.

Pero al estar acostado viendo las noticias en la televisión me sentí como si el cansancio se hubiera ido por completo. Sentí necesidad de salir a dar una vuelta por el centro de la ciudad. Volteé la mirada buscando el reloj pero no lo hallé. Me decía a mí mismo que antes de pararme para salir debo saber primero la hora para no hacerme tarde para regresar a descansar. Comencé a buscar el reloj sobre la mesita de noche que se encontraba al costado de la cama, lo buscaba sin haberme levantado, pero al no hallarlo puse mas atención en ello. Cuando de pronto oí un fuerte golpe. Era la puerta. Me hizo girar hacia ella y vi como se habría rápida y completamente apareciendo una silueta blanca que ingresaba velozmente en la habitación viniendo hacia mí para meterse luego bajo la cama.

Pesadilla

Sentí la sábana deslizarse como si la estuvieran jalando, pero atiné a sostenerla. Sentí mi corazón palpitar aceleradamente, corriendo un frío estremecedor en todo mi cuerpo que a la vez estaba sudando. Entonces mil cosas pasaron por mi cabeza, preguntándome qué era eso, qué es lo que había visto?
Tenía que ver qué era lo que estaba ahí. Debo ver qué está bajo la cama. Sentí armarme de valor, siento estar incorporándome, cuando de pronto desperté, sí desperté, todo era un mal sueño, una pesadilla.

Miré la mesita de noche y ahí se encontraba el reloj, reloj que señalaba que eran las 3:03 de la mañana. El televisor estaba apagado, la puerta cerrada, pero la sábana se encontraba en el suelo, sentí un poco de temor cuando me paré a recoger la sábana y revisar toda la habitación. Me volví a acostar, encendí el televisor y aunque tardé un poco volví a quedarme dormido.

Al día siguiente conté lo que había soñado a mis compañeros de trabajo, quienes me recomendaron cambiar de habitación, pues según sus creencias había ingresado un alma en mi habitación y era mejor no arriesgarse a continuar ahí mismo ya que podría ser una alma mala, un alma maldita. Eso hice.

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